miércoles, 22 de abril de 2009

EL CLAN DE LOS ELEGANTES

DIARIO SUR - 22.04.2009
MANUEL ALCÁNTARA

NINGÚN político lleva una vida regalada, ya que tiene que estar pendiente de las acechanzas de sus congéneres, pero hay algunos que aspiran a que les regalen cosas. No sólo el oído, que de eso se encargan los cobistas habituales, que son muchedumbre, sino que admiten regalos en especie. No me refiero al dinero, que es la fórmula infalible de cualquier recompensa: -¿Cómo le podré mostrar mi gratitud? -Pues desde que los fenicios inventaron la moneda no tiene la menor dificultad. Ahora, en la llamada 'trama Correa' se han descubierto otras modalidades de pago. No hace falta hacerle llegar un sobre bien cerrado, para que no lo abra el intermediario, a la persona sobornada: basta con ahorrarle gastos. Rechazar el llamado vil metal es prueba de honradez, pero quienes lo hacen admiten que les obsequien con inmuebles, con joyas para sus respetables esposas, o con un puesto en los consejos de administración. En la última escala figuran los que aceptan ropa. No la tela, sino las telas. La trama del llamado 'caso Correa', según un informe de la Agencia Tributaria incorporado al sumario, solía practicar lo que en los grandes almacenes se denomina «la elegancia social del regalo» con cargos públicos del PP. Un dineral en trajes, mediante sastre interpuesto. Es comprensible que los políticos deseen vestir el cargo, pero no deben hacerlo de modo gratuito. Por otra parte, yo que los conozco de diverso pelaje, tampoco me han llamado la atención por su elegancia los de ese partido. No se les puede exigir a los políticos que se vistan por los pies, ya que abundan las mujeres valientes y esforzadas, pero sí debemos pedirles que paguen lo que llevan puesto.

¡¡VIVA LA LEGIÓN!!La que suda jornada tras jornada, no la de vida regalada... que olvida sus humildes orígenes por un carguillo de nada.

Enviado por La Legionaria

1 comentario:

  1. Pos solo teníais que poneros en la puerta de la del Señor Alcalde en las Navidades y veríais las peazos de cestas que llegaban a su casa. Esto también son prebendas que el alcalde debería haber renunciado. O mejor... debería haber donado a la beneficiencia estas cestas que tan generosamente han regalado los empresarios a nuestro querido alcalde. ¿Realmente creeis que si no fuese alcalde los empresarios le hubiesen hecho tan apetitoso regalito?

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